La dramatización, en el centro
En la primera etapa de E. G. B. -dicen las Orientaciones pedagógicas apuntando a la metodología- regirá el principio de globalización en las actividades, teniendo en cuenta todos los aspectos susceptibles de desarrollo de esta área.»
Este es un principio que nos parece fundamental e interesante, porque sitúa a la dramatización como eje alrededor del cual se colocan las demás actividades de la expresión dinámica.
En efecto, cuando la comisión redactora de las Orientaciones pedagógicas desciende a aclarar un tanto la afirmación anterior, confirma «El proceso de tal desarrollo se realizará de modo gradual. Es decir, -57- en el aspecto de percepción, por ejemplo, hay que partir de sus conocimientos del esquema corporal propio para pasar luego a una percepción temporal (percepción de un orden, de una duración, etc...) del espacio y de una relación espacio-temporal.
@or muy importante que sea lo que aquí se afirma, como lo es, se incide en una concepción en la que el desarrollo gradual, de que antes se ha hablado, está en contra del principio de globalización, pues se insiste en prácticas decididamente analíticas.
Nada sorprendente, por lo tanto, que la enumeración de actividades para esta primera etapa, enunciadas de forma forzosamente analítica, haya dado lugar no solamente a confusiones, sino a preferencias en las que la incidencia sobre algún determinado tipo de actividades, haya tenido como consecuencia la especialización, en detrimento de la educación conjunta.
- Ejercicios estático-correctivos de carácter general.- Ejercicios de ritmo.- Ejercicios dinámico-respiratorios y fundamentales.- Juegos.- Predeportes.- Pasos de danza folklórica.- Actividades de competición.- Marchas y paseos-cross reducidos, de progresión y orientación en régimen de «aire libre».
- Cantos colectivos.- Cantos autónomos.- Audición (de canciones infantiles, populares, regionales y de toda clase de música).- Iniciación en la lectura musical.
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Dramatizaciones:
- Interpretaciones libres de ejercicios de expresión del gesto.
- Mimos y pantomimas.
- Dramatizaciones de cuentos, leyendas.
- Teatro guiñol.
- Teatro infantil, representación en grupo.
- Lecturas dramatizadas con fondo musical.
En consecuencia, y a partir de estas actividades sugeridas, se han establecido tres campos distintos:
- Movimiento.
- Música.
- Dramatización.
Para cuya realización en la escuela, olvidando el principio de globalización, se ha pensado sobre todo o bien en la profundización, lo cual ha llevado a la especialización de uno de los tres, con olvido de los otros dos, o bien en las posibilidades de que dispone el centro educativo a partir de la preparación del profesorado. Y en ambos casos el resultado ha sido el mismo. Con la particularidad de que la mayor preparación musical, en general, del profesorado, ha volcado la actividad hacia este terreno, dejando los otros, sobre todo la dramatización, como pura anécdota ornamental u ocasional dentro del conjunto.
Así, por ejemplo, como entre los objetivos específicos de la formación musical figura «destreza en el manejo de algún instrumento musical», se ha derivado con facilidad hacia el aprendizaje generalizado de la flauta dulce, que ofrece sin duda notables ventajas, con lo cual se cree haber respondido en gran parte, por lo menos, a las exigencias del área, a la vez que se ha resuelto el problema de la preparación y continuidad en los ejercicios sucesivos.
O bien se ha recurrido también a la expresión corporal, anclándose en ella o alternándola con la música -flauta dulce, canto- con desconocimiento de la fuerza globalizadora e integradora de la dramatización que va mucho más allá que las actividades para ella sugeridas por las Orientaciones pedagógicas y antes citadas.
No podía por menos de ser así cuando en la misma descripción que se hace del área de expresión dinámica, como contenidos se señalan -59- «movimiento y ritmo, expresión corporal, mimo, dramatización, juegos, gimnasia, deportes, música, etc...»
Tal como se expresan aquí las cosas, en la mente de los orientadores no parecen estar demasiado claras las funciones de algunos extremos. ¿Qué significa mimo? ¿Qué significa expresión corporal? ¿En qué grado son ambas actividades compatibles en la Educación General Básica, sobre todo en la primera etapa? ¿Qué significa dramatización? ¿No se confunde tal vez este término con escenificación? ¿Cuál es la interrelación que existe entre todo ello?
Una hipótesis como base
Por la clasificación en tres campos diferentes -movimiento, música, dramatización- que se hace a partir de las actividades sugeridas, cabría suponer que los «orientadores» han querido marcar un proceso gradual en el cual hubiera posibilidad para adquirir sucesivas destrezas en el terreno del movimiento y de la música que desembocarán en su utilización posterior en la dramatización. Si así fuera, nos parecería no solamente correcto el planteamiento, sino también hábil, y encaminado a situar a la dramatización en el lugar que le corresponde.
Pero, por lo menos, no aparece claro esto en las Orientaciones pedagógicas, antes bien da la sensación de que los «orientadores» han acumulado una serie de actividades dispersas, clasificadas en torno a unos criterios puramente conceptuales, con el fin de proporcionar campo suficiente para que cada uno encuentre algún punto de partida desde el que pueda echar a andar.
Tal vez como táctica inicial no sea mal sistema, siempre que esta provisionalidad se mantenga tan sólo durante el plazo mínimo necesario para que el profesorado se ponga al día y descubra la necesidad de integrar los distintos tipos de expresión y descubrir las virtualidades educativas de la dramatización.
En la segunda etapa
En las Orientaciones pedagógicas para la segunda etapa, en lo relativo al área de expresión dinámica, se puntualiza que «desde el punto de vista artístico no se busca la profesionalización en un determinado -60- arte; se trata más bien de que los escolares lleguen a una comprensión amplia del arte a través del juego vivencial de cualquier manifestación de canto, audición, visualización, movimiento, manejo instrumental, creación...»
«En cuanto a la formación humana -se entiende derivada de estas actividades- les ofrece nuevos lenguajes para la comunicación y afirmación personal. Es un medio eficaz para descubrir aptitudes y capacidades que contribuyen al conocimiento de la propia persona y a un equilibrado desarrollo psicológico.»
Es curioso que aquí solamente habla de música y dramatización, como dos campos, aunque se ve que la triplicidad de campos se mantiene cuando llega a la enumeración de los contenidos que, por cierto, identifica aquí con las actividades.
Estas actividades, a su vez, se dan globalizadas, para los tres cursos -sexto, séptimo y octavo- de la segunda etapa, pero hábilmente asociadas en cuatro grupos:
- Expresar sentimientos, estados de ánimo, etc., a través del gesto corporal global.
- Interpretación instrumental de sentimientos, sensaciones y vivencias.
- Combinación tímbrica espontánea.
- Creación de polirritmias.
- Dramatización e improvisación con inclusión de la voz como elemento sonoro: ruido, grito, onomatopeya y verbalización.
- Canto al unísono y a dos voces.
- Realización de coros hablados.
- Participación en pequeños grupos instrumentales.
- Caracterizar a través del gesto dramático, animales, plantas, personas...
- Representar gestualmente situaciones correspondientes a unidades temáticas.
-61- - Escenificación de romances y obras cantadas.
- Representación de obras teatrales.
- Creación de «ostinattos» rítmicos y melódicos.
- Improvisación de fragmentos rítmicos basados en uno o más «ostinattos».
- Improvisación melódica (instrumental o vocal) con acompañamiento de notas pedales y «ostinattos».
- Realizar combinaciones tímbricas.
- Dramatizar libremente situaciones imaginarias.
- Dramatizar libremente situaciones cotidianas.
- Creación de guiones y textos teatrales (para recitar o escenificar).
- Composición del lugar dramático: iluminación, caracterización, decoración, vestuario...
- Comprensión de los elementos musicales.
- Conocimiento y práctica de la grafía y dictado musical.
- Conocimiento de los instrumentos y familias instrumentales.
- Conocimiento de realizaciones musicales y teatrales de valor universal.
- Conocimiento de la música y del teatro en relación con la cultura de su tiempo.
- Audición y análisis de obras musicales.- Iniciación a la interpretación y análisis de textos teatrales.
Indudablemente el esfuerzo clasificatorio se traduce en un resultado positivo como acreditan los cuatro apartados en los que de va pasando de las actividades más elementales a la interpretación, individual y en grupo, a la creación y luego a los conocimientos. La gradación en este sentido no ofrece reparos. En cambio, dentro del interior de cada grupo habría que reprochar desorden en la enumeración y en algunos casos, contradicciones.
Estas contradicciones incluso nos llevarían a comparaciones entre -62- la primera y segunda etapas con notable incoherencia. En efecto, ¿puede hablarse fácilmente de «dramatización de cuentos y leyendas» en la primera etapa, y de «escenificación de romances y obras cantadas», en la segunda? ¿Qué se entiende por «teatro infantil» en la primera etapa, y qué por «representación de obras teatrales», en la segunda?
Por otra parte, para la no profesionalización de que se hace gala justamente ¿no será excesivo lo de la «grafía y dictado musical?» Pero, además, hay algo más curioso y es que en esta segunda etapa, en la que, por cierto, el auge de actividades volcadas hacia la dramatización es notable y acapara el 50 por 100 de las actividades propuestas sobre el papel -cosa que no sucede en la realidad, por las razones que hemos apuntado ya al referirnos a la primera etapa-, se da bastante cabida al teatro propiamente tal, bien de forma directa, bien con el empleo de terminología, que es más propia del teatro que de la dramatización. Tal es la actividad que se señala afortunadamente, porque significa nada menos que la integración más clara en esta área de la expresión plástica, pero que se enuncia como de «composición del lugar dramático: iluminación, caracterización, decoración, vestuario...»
Hacia la delimitación de la función del teatro y la dramatización en la escuela:
A pesar del confusionismo que se nota en todas estas orientaciones y de la falta de integración de los recursos expresivos hay síntomas claros de que algo muy positivo se ha ido operando tal vez más en la teoría que en la práctica, pero que, por supuesto, de aquélla va pasando a ésta.
Un cuerpo de doctrina se va perfilando y se puede detectar sin pretensiones de llegar a metas definitivas, cosa, por otra parte, imposible en este proceso en marcha, en el cual, lamentablemente, no ha entrado siquiera la mayor parte del profesorado de E. G. B.
El medio de difusión de esta doctrina, por otra parte, ha sido más el cursillo de capacitación del profesorado que el libro o el artículo. De los cursillos iniciales en que al hablar de dramatización prácticamente se quedaba en la expresión corporal o el mimo, a los actuales en que se da cabida a todo el proceso de dramatización, aunque, lamentablemente, muchas veces separado o adjunto a la formación musical, media ya bastante distancia. Se ha ido ganando bastante terreno -63- hacia la integración y hacia la delimitación de campos, sobre todo entre el teatro y la dramatización.
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